Es una ceremonia en la que se suele decorar el altar con flores. En muchos aspectos es como cualquier otra boda. Una pareja decide prometerse públicamente amor y fidelidad, normalmente teniendo como testigos a amigos y familiares. Es una ceremonia usada por los antiguos celtas donde la pareja es ligada a la altura de las manos o de las muñecas y prometen ser fieles y vivir en unión, mientras perdure su amor.